Cuando José decidió partir

Era una mañana cualquiera, como de costumbre, José ya estaba apostado desde temprano en su lugar de trabajo, explorando el campo, viendo como los tomates iban tomando forma, y pensar cuales serían las ejecuciones del día de hoy, para conservar el esperanzador panorama que se vislumbraba.

Como siempre José se preparaba mentalmente para ejecutar una jornada más de trabajo, sin embargo, algo lo tenía más entusiasmado de lo normal, y por eso se entretenía analizando el crecimiento y el resultado de lo que podría ser la cosecha de tomates.

Pero esto se debía a una promesa de su Patrón, el cual le había indicado semanas antes, que estaba en planes de adquirir la parcela contigua a la suya, para de esta forma, poder tener una mayor producción, pues los planes era de crear una línea de exportación a los Estados Unidos, y con esto un pensamiento de expansión y reconocimiento de la calidad del tomate de la finca.

Meses más tarde, luego de concretada la compra por parte del Patrón de José de la finca contigua, y de estar viendo como el crecimiento y el desarrollo de los tomates, cobraba cada vez mayor notoriedad, sin embargo, una promesa todavía pendía en el aire, que molestaba a José, pues no era muy dado a recordar compromisos adquiridos por otros hacia el.

Luego de dar vueltas en su cabeza, José decide abordar a su Patrón, para preguntar por la promesa de una mejoría en sus ingresos, que venía fruto de un aumento en sus funciones y responsabilidades, y que había estado acatando desde el mismo primer momento en que se hizo efectiva la compra de la parcela contigua por parte de su Patrón.

De repente lo invadió una penumbra, cual cielo arropado por esa nube negra que avisora una tormenta implacable, esto al escuchar la burda respuesta de su Patrón, cuando le indicó que no tenía previsto en el mediano plazo poder otorgarle el compromiso ofrecido meses antes, por situaciones que eran previsibles por el Patrón y que estaban incluso acordadas, pero que en ese momento, al parecer había tomado la errada decisión, para José, de no cumplir con dicho compromiso.

A partir de ese momento José tomó la decisión de emprender nuevos rumbos, pero para esto primero debía prepararse, pues debido a la promesa hecha por su Patrón, había pospuesto planes que tenía de realizar acciones que lo pudieran encaminar hacia el logro de una independencia, que no le auguraba en lo inmediato el volumen que necesitaba, pero que a mediano y largo plazo si veía mejores perspectivas.

Un José iracundo, pero racional, pausado, paciente, estaba decidido de manera determinante, a partir, pues se había percatado, de que siempre habría alguna excusa, para incumplir las promesas ofrecidas, y al final era mejor terminar explorando otras tierras, que lamentarse por quedarse en un lugar donde a pesar de haber demostrado con creces su valor, el mismo no era correspondido en su justa medida.

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